Nota

Renault Gordini: «El Raton Escandaloso»

Nota de Juan Meoniz.

El Mago, el Maestro y el Ratón

El título de esta nota parece más bien un cuento de Perrault  de los hno. Grimm o una fábula de Lafontaine, pero no: se trata de una de las tantas historias de nuestro automovilismo, tan rica en anécdotas  y personajes.

Oficialmente la historia transcurre en los primeros días de Marzo de 1966, precisamente el día 13 de este mes, se disputaba una competencia más de T.C. (Turismo Carretera), denominada “Vuelta de Ensenada en el circuito 17 de Octubre de la ciudad de Buenos Aires (hoy Hnos Galvez).

 

Por esos días, las grillas del T.C. estaban pobladas de las clásicas cupecitas, mayormente Ford y Chevrolet de los años 30 o 40, convenientemente «alivianadas» y con mecánica modificada, para que los viejos 59 AB de Ford y los Apache de Chevrolet, pudieran hacer frente (y derrotar) a los más modernos (Ford F100, Chevrolet 230 7 bancadas).

No obstante, y pese a la resistencia del público, ya se mostraron con cierta competitividad los autos «compactos» (se los conocía popularmente así, por no contar con chasis separado de la carrocería, si bien es más correcto denominaros de carrocería auto portante) sin dudas el mas famoso fue el Chevitu (Chevy Nova ll cupe) alistado por el legendario José «PEPE» Froilán González y algún que otro Falcon de fábrica sobre los que trabajara nada menos que el «AGUILUCHO» Oscar Gálvez.

 

Las ventajas principales de estos últimos sobre las cupecitas radicaba en el mejor desempeño de las suspensiones, mejor aerodinámica y sobre todo una mejor distribución de pesos con un centro de gravedad más bajo.

Pero, como mencione anteriormente, esta transición fue bastante traumática (sobre todo para el público). Los autos eran apedreados y «escupidos» a su paso por el público asistente (según relatos de Jorge Cupeiro, piloto del Chevytu).

 

Con este panorama, seguramente, a muchos nos les gusto que un joven ingeniero de Alta Gracia (Cordoba, Argentina) Oreste Berta (el Mago), presentara en la calle de boxes un «autito» por demás extraño para la categoría. De inmediato se generó cierto revuelo, sobre todo, cuando Eduardo Copello (el Maestro) realiza un tiempo que lo coloca en la primera línea de partida.

Esto le valió que un periodista de la revista Automundo lo llamara «EL RATON ESCANDALOSO».

 

El auto en cuestión era un Renault Gordini que el Mago de Alta Gracia había preparado en el garaje de su casa.

El casco fue alivianado y reforzado con importantes trabajos en suspensiones, la trompa original se sustituyó por una mas perfilada y liviana construida en fibra de vidrio, y mostrando su astucia el Mago, realizo un interesante trabajo aerodinámico, con el fin de aprovechar el reglamento se realizó una especie de canal en el techo para lograr colocar este a 107 cm si tener que cambiar las puertas originales, este interesante trabajo se notaba, también, en la elaboración de la tapa del motor.

 

En cuanto a la motorización, se realizó un  trabajo extraordinario sobre el motor Ventoux, originalmente con una cilindrada cercana a los 850 c.c. y escasos  35.5 hp a 4500 rpm, para comenzar se incrementó  la cilindrada lo que permitió llevarlo a casi 1000 c.c. fue preparado para lograr casi 100 hp a 7500 rpm, lo cual contribuía a optimizar la relación peso-potencia.

Para completar, el conjunto se calzo sendos neumático Dunlop Racing medida 5.50 x 13” derivados de la F2, montados sobre llantas de 6”.

La práctica demostraría que la teoría del joven Mago era correcta, tal es así que en la primera aparición del “Raton” en el escenario porteño, con detalles por pulir aun, como por ejemplo la caja de cambios con relaciones estándar, “El Maestro “ marca un tiempo de giro de 1´23”75 s (la pole de Marnicovich con el Chevitu fue de 1´17”10 s) para , en una prueba posterior, clavar  (ya con las modificaciones pertinentes), un tiempo de 1´21”18 s.

Ya con las pruebas, y desarrollo pertinente, el “ratón blanco” estuvo listo para medirse de igual a igual con los tradicionales TC.

Con la sensibilidad innata que le dio un manejo pulido, que llevo a que se ganara el mote de “El Maestro”, Eduardo Copello, culmina la primera serie en el 3° puesto por detrás de la “cupecita” Chevrolet ´41 con motor 230”y del Falcon 188”de Carmelo Galvato.  Suficiente como para largar en la primera fila de la final, y como lo muestran las fotografías de la época el pequeño coche encara por primera vez el curvón indicando el camino a la jauría de potentes V8 y 6 en línea.  Esta situación se mantuvo durante 2 giros tras lo cual, la rotura de una manguera del radiador (mal armada por el apuro) dejo al Ratón detenido al costado de la pista.
Si bien para la estadística, la aventura  del “Raton Escandaloso” termino con un abandono antes de concluir la 2° vuelta, la experiencia fue muy provechosa, sobre todo, para el inquieto espíritu de Oreste Berta, que de inmediato puso manos a la obra con mejoras y desarrollos mas profundos, que nunca pudieron ser puestos en pista merced a una modificación en el reglamento que llevo a 1000 kg el peso mínimo, con lo cual el pequeño auto dejo de ser competitivo.

 

 

Gracias Juan !!!, excelente trabajo