Aston Martin
Una fabrica de Autos Clásicos
En 1913 nace una de las marcas inglesas más emblemáticas del automovilismo mundial: la Aston Martin.
Su fundador, Lionel Martin asoció su apellido la carrera de Aston Clinton.
Martin con sus conocimientos y Richard Bramford como financista, formaron la sociedad
Tiempos difíciles, la 1ª Guerra Mundial en la puerta impidió el desarrollo deseado y apenas pudieron construir 14 autos por años durante los años del conflicto mundial.
Bramford, frustrado por el fracaso, se retiró del negocio y Martin recurrió a otro financista: Luis Vorov Zborowsky, un millonario polaco interesado en el novedoso negocio de los automóviles.
Pero las cosas empeorarían ante la repentina muerte del Zborowsky lo que llevo a Martin a declarar la quiebra de su empresa cuando la familia Benson compro la marca y nombro a Martin Director Técnico. Lionel perdió el dominio de su empresa pero a cambio vio surgir la marca.
Los 30′ fueron los mejores años de la empresa, presentando los modelos: International, Le Mans o el Atom,
Y gracias al triunfo logrado en las carreras de autos, Aston Martin logro un fuerte impacto publicitario hasta el estallido de la 2ª Guerra Mundial, años en los cuales la empresa se dedico a fabricar material bélico.
Al fin de la guerra la familia Benson no estaba en condiciones de seguir financiando la fabrica, fue cuando ingreso David Brown quien la salvaría del precipicio. A su mando aparece la famosa zaga de los DB (David Brown en siglas): el DB1, DR2, DB3 y el DBR, autos que ganaron varias ediciones de Le Mans y la Mille Miglia entre fines de los cuarenta y los cincuenta. El DB4 (lanzado en 1960) alcanzó fama cinematográfica al ser el auto de uso del mítico James Bond. Luego les siguieron el DB5 y el DB6, joyas tan valoradas y exclusivas como sus antecesores.
En 1972, Brown vendió la Aston Martin a Company Developments pero la empresa estaba realmente en decadencia hasta que la Ford adquirió la compañía y sacó a la luz en DB7, la última joya de una marca que quiere y puede florecer.
