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AÑO
1975

Ford Taunus L de Leonardo Mateos

Categoria: Ford Taunus L
Año: 1975

Soy de Arrecifes, tengo 30 años y desde chico amo todo lo que tenga ruedas. Hincha de Ford, pero hincha sano que sabe respetar y admirar fierros de otras marcas.
Quizás para muchos. el Ford Taunus sedán, sea un modelo que pasa desapercibido, pero para quienes valoramos la conservación de estas máquinas, cualquier vehículo de más de 30 años siempre es motivo de charla, de una guiñada de luces en la autopista, un pulgar arriba en cualquier semáforo o estación de servicio.

Mi Taunus es de los primeros que se vendieron en el país allá por 1974 en la época que las escaladas de precios eran abismales. Mi abuelo no aflojo a la pulseada y siguió pagando aumentos tras la reserva para conseguirlo, de estar en el puesto 13 en la lista pasó a estar en el 5°, y cuando llegó el día ya en 1975 lo llamaron para retirarlo de la concesionaria de Ford Pergamino.

En la agencia lo esperaba un Taunus L2000 Turquesa  0 Km (siempre vi azules, verdes o celestes, y solo una vez uno del color exacto, una vez y nunca más). De entrada mi abuelo desconforme, ya que él había pedido el Naranja Estival, y encima de todo le querían entregar el auto sin la radio ni los asientos colocados, algo que jamás entenderé. Se volvió a Arrecifes sin el auto y exigió que se lo entregaran como correspondía. Cuando lo volvió a retirar fue con mi abuela y a ella le gustó más el color Turquesa ese raro que el Naranja que había pedido Don Leonardo. Hasta ese momento mi abuelo solo había tenido una chatita Chevrolet Campeón de 1928 que aun conservamos en el galpón y algún día restauraré o armaré algo lindo

Fruto del sacrificio de mis abuelos, trabajando de sol a sol, como lo hacían en su Galicia natal llegaron al 0Km, y eso es un valor agregado que jamás podrá tener otro vehículo para mí. Ellos conservaban ambos vehículos y usaban el Taunus una vez cada 10 días solo para ir al pueblo cuando no llovía, o para algún casamiento, reunión familiar, etc. teniendo como herramienta en el campo la Chevrolet hasta que en 1984 dijo basta para quedar en el lugar que está, y el Taunus pasó a usarse más. Solo idas y vuelta al pueblo a comprar las cosas, uno o 2 viajes a Rosario, lo mismo que a Capital. En 1989mis abuelos ya grandes terminaron su casita en Arrecifes y dejaron el campo, yo por aquella época vivía en capital y los visitaba cada 2 semanas como mucho y pasaba vacaciones de invierno y verano con ellos. Fue por aquel tiempo cuando mi abuelo con 8 años me enseñó a manejar, íbamos al potrero de las vacas y me largaba con un almohadón con el que apenas podía ver casi entre el volante y el torpedo, ya había aprendido a los 5 en el Tractor lo que me facilitó las cosas. En 1995 fallece mi abuelo y el Taunus queda parado en el garaje sin salir durante mucho tiempo.

Tras ese suceso nos volvemos a Arrecifes y yo me instalo a vivir con mi abuela, tenía 11 años. Mientras la batería del auto vivió le daba marcha cada 2 o 3 meses, y lo limpiaba sin sacarlo de donde estaba.

Ahí quedó hasta que en diciembre de 2001 cumplí 18 años y mi regalo fue la llave del Taunus, ese día se me caían las lágrimas como por momentos se me caen ahora mientras les escribo.
Era chico, la personalización de autos recién era algo de lo que se hablaba, le puse algunas cosas que después le fui sacando conforme crecía, pero aún conserva alguna que considero que no queda mal ni desentona.

En 2002 iniciaba mi carrera de Agronomía en Rosario y el auto lo usaba los fines de semana para salir a dar una vuelta y nada más, escasas veces para ir a rendir y volver en el día. Ya se venía gestando mi amor por las motos también, con una CG125 y una XR200 en aquel momento con lo que usaba poco cada cosa.

En 2004 con ahorros de mi vida y ayuda de mis viejos me compré una F100 de 1991, con motor 221 (de ahí mi mail) y caja de 5ta, un avión! La usaba para ir y volver los fines de semana a la Facultad, y el Taunus volvió a quedar parado unos años en su garaje hasta 2008 que le “vendí” la F100 a mi vieja por que la empresa en la que había empezado a trabajar me daba camioneta y sinceramente apenas tenía tiempo de encender la Ford (algún día volveré a tener una). Ya habiendo terminado de cursar mi carrera y con mi viejo viviendo afuera el auto se usaba no más de 3 meses al año, iba a Rosario a rendir finales, salía escasos fines de semana, etc, en ese período. Trabajaba por campaña 6 meses y me iba 3 a España.

En marzo de 2010 termina mi trabajo en Monsanto, hacía tiempo quería conocer Ushuaia y el Perito Moreno. Fecha difícil para conseguir con quien ir, cargue un bolso, mochila, cámara de fotos y salí solo con el Taunus hacia el sur.

Un viaje hermoso, solos: MI FIERRO y yo.

Hicimos primera noche en Bahía Blanca, al día siguiente entramos en San Antonio Oeste y Puerto Madryn donde dormimos, todo de 10. Por la mañana, previo paseo y fotos de amanecer seguimos rumbo sur. Entre Trelew y Comodoro se largó un diluvio impresionante, no se veía nada, se me empañaba el vidrio y le pedía al Taunus, a dios y todos los santos que no nos quedáramos en el camino justo en ese tramo de 400 km de nada! Faltando poco para llegar a Comodoro deja de llover y no me encontré cómodo en la ciudad, no sé por qué, decidí seguir costeando el Atlántico en uno de los tramos de la RN3 que más me gustó hasta llegar a Caleta Olivia donde ya era de noche, y por más que tampoco me encontré no me quedo otro remedio que hacer noche ahí.
Me despierto temprano y continuamos, me tomo unos mates solo en viaje, saco alguna foto a la fauna que aparecía cruzándose en la ruta, cambiaba de CD, todo pensando en el destino final.

A la altura de Comandante Luis Piedrabuena cargo combustible y sigo, parece que fue ayer cuando pagué 2.80 el litro de super ahí… unos 50 km más adelante veo una combi en la banquina con 2 personas mayores al lado, paré a ver si necesitaban una mano y sale el chofer diciendo “no va más”, el matrimonio mayor me comenta que tenía que ir a Rio Gallegos al médico al día siguiente,  y viendo que su transporte no iba a llegar corrí mi equipaje del asiento de atrás para hacer lugar, metimos el equipaje de los viejitos en el baúl y continuamos.  Nunca voy a saber si es verdad lo del médico o no porque después de pensarlo  el día siguiente era sábado, capaz los viejos se iban a timbear al casino o quien sabe a qué, pero me quedé tranquilo con que había hecho mi buena acción del día.

Esa noche consigo alojarme en un hotel del sindicato de policías y charlando con el conserje me entero que al seguir estando el Taunus a nombre de mi abuelo no me iban a dejar pasar a Tierra del Fuego, aunque llevamos mismo nombre y apellido no me animé a tirarme el lance por las dudas, no quería arriesgarme en el ripio de puro gusto.

Amanece con un viento impresionante, le doy marcha al Taunus y me arrancó fallando, “uh, la puta madre! Espero sea una boludez “ -dije yo-. Levanto el capót, miro los cables de bujías, saco la tapa del distribuidor y encuentro el problema. A 2 cuadras consigo platino y condensador, los cambio, arranca al pelo y salgo hacia Calafate… El viento sur congelaba, y tenía tal fuerza que me obligaba a llevar el volante girado ¼ de vuelta hacia la izquierda para compensar casi.
En la mitad del camino se hace RN40 y en el 1er cartel le saco la foto, luego otra en medio de la nada en un alto que está faltando unos 30km para llegar. Eran como las 5 de la tarde y con la longitud de los días en esa latitud me tire el lance a llegar al parque del Perito Moreno antes de que cerrara.
En la puerta me dice el guardia: que estaban por cerrar, que si entraba tenía que ser corta mi visita y cuidarme mucho del tráfico que venía de frente saliendo, principalmente colectivos de turismo. El tipo ve en el asiento del acompañante la matera de la Facultad de Ciencias Agrarias y me dice, “dame un mate rápido y seguí”, aún conservo en la guantera la entrada al parque.

Es un lugar hermoso, el camino muy lindo para quienes disfrutamos manejar, los cambios de rasante, las curvas, los paisajes, el olor, todo… y en el medio de eso estábamos El Taunus y yo, en los tramos que la arboleda junto al camino era copiosa, sumado a eso los guarda railes, se sentía el ruido rumoroso del escape del auto, y para mí no hay nada más lindo que parar la oreja en la ventanilla y escucharlo… Paramos en el mirador, y un señor de unos 50 años me dice “de dónde venís?” Cuando le dije de donde y en que tiempo no me podía creer, le pedí que nos saque una foto y nos pusimos en marcha para llegar al final del camino. Bajé casi corriendo las escaleras y recorrí las pasarelas ya casi vacías sintiendo ese aire que cortaba la cara, y el estallido de los hielos, una sensación única, qué patrimonio natural tenemos!!! Bueno, subo al estacionamiento y un matrimonio mayor de chilenos que viajaba en una Land Cruiser de los 80´ me saca charla y nos contamos brevemente nuestros respectivos  trayectos.
Siendo los últimos en salir de ahí vuelvo a parar en el mirador para sacarle la foto de frente al auto, no podía no sacársela! Y mientras apuntábamos nuevamente a Calafate me acordaba de mi abuelo, de que me había enseñado a manejar en ese auto, de que estaría sonriendo al ver cuánto amor le tengo, de hasta donde habíamos llegado y que hubiese sido lindo compartir ese viaje con él.

Llegamos a la ciudad, Calafate se la ve súper turística y acordes son los precios de hospedaje… Me pedían casi 400 mangos para dormir, que es como si hoy pidieran 1500, asi que pregunte en la estación de servicio y el playero, joven, me manda a un Hostel. Pregunto al dueño y me dice “30 pesos, pero tenés que compartir”, ni lo dude, yo quería una ducha y una cama nomas. Para mi sorpresa en la habitación había 3 chicas israelíes, yo venía muerto  y ellas se ve que pocas ganas de charlar asique me duche y me dormí, hasta que a las 5am siento ruido, una de ellas entraba con un flaco y bueno para que les voy a contar… no podía creerlo yo… me hice el boludo y 2 minutos más tarde se terminó el evento, lo que hizo que casi no pudiera contener la risa. No sé como pero seguí durmiendo hasta las 8, desayune y me dije “que hago?”. En ese momento me llaman por teléfono avisándome de una reunión en Bs As a la que tenía que asistir a los 4 días. Cargue el bolso y agarré ruta, vi el cartel de El Chaltén y encaré nomas, disfrute del camino, llegue, llene el tanque y pegue la vuelta… Podía haber optado por cortar camino por ripio, pero no quise arriesgarme solo sin conocer y con lo grueso de las piedras que había visto, entonces volví hacia Rio Gallegos y encaré ahí rumbo norte.

Ese día hice 1.200 km desde Calafate desviando a El Chaltén y haciendo noche en una estación de servicio en Tres Cerros donde no conseguí lugar para dormir e hice noche en el auto, me puse toda la ropa que tenía y aun así pasé frío. 6 am no aguanté, entré,  me tome un café, puse en marcha y salimos casi amaneciendo trompa mirando a Caleta Olivia y de ahí con el Atlántico a la derecha hasta Comodoro. Haciendo 1.280km solo parando por combustible llegamos casi a Bahia Blanca, donde el sueño me jugo una mala pasada y de nuevo en medio de la nada no me quedó otra que dormir en el auto, tenía que llegar a la reunión en Buenos Aires a los 2 días, por eso tantos km seguidos en el regreso. Ya en una latitud más al norte no pase el frío de la noche anterior, me levante, cargue el termo de agua, combustible y encaramos para Arrecifes donde llegamos pasadito el medio día.

Fue un total de 6.700 km en 11 días, sin GPS por aquella época, solo ayudado por un mapa de los que a mí me gustan, un celular de los primeros Smartphone, una cajita de herramientas básica, muchas ganas y MI FIERRO! Bueno amigos, esa es parte de nuestra historia, luego de esa tan linda hemos compartido muchos kilómetros viajando a Rosario hasta que me recibí, un viaje a Mar del Plata de ida y vuelta en el día (otros 1.200km del tirón) con amigos a ver una moto, uno similar más reciente a Cosquín a buscar una camioneta, y 3 meses de 140 km diarios (excepto los domingos) a trabajar desde Arrecifes a Manuel Ocampo entre noviembre y febrero del presente 2014.

Desde esa fecha descansa en el garaje de casa que le dio techo los últimos 25 años, listo para que cuando llave en mano, la derecha lo llame a seguir escribiendo historia. Un gran abrazo!  Y gracias de nuevo FierrosClásicos.com por alegrarnos la vista, por hacernos soñar con esas bellezas, y recordar su historia día a día. Atte. Leonardo Mateos

 

Nota de FierrosClásicos.com: En el año 1974, el ministro de economía de esos años, había impuesto “precios máximos” incluso, con los autos. Una manera de desafiar el límite, quizás obligados por la inflación, fue que las fábricas de autos encoentraron una especie de solución: vendian a los precios fijados por el gobierno y:  los parabrisas, asientos, etc, se vendían como opcionales. Así como lo leen.    

 

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